Por Marcos Sánchez markrumors@gmail.com
La Romana, R.D.- Hablar de La Nueva Era representa un torbellino de gratos recuerdos y vivencias extraordinarias ya que en ese lugar trabajé una gran parte de mi adolescencia e inicios de mi adultez. Después de terminar mis estudios allí, perfeccioné mi inglés en Santo Domingo en el también desaparecido The Boston Institute.
Ya como profesor de inglés en La Nueva Era llegué a impartirle docencia a unas 1,500 personas en el lapso 1991-1998, muchas de éstas verdaderos mozalbetes en ese entonces y otros tantos en su etapa adulta, que hoy día es de satisfacción verles realizados y recibirme con afectos con la expresión «Hola Teacher».
La conexión con Rowell Hoff y Carol Hoff, conocidos eventualmente en conjuntos como los Señores Hoff, fue inmediata. Le había dicho al Sr. Hoff que acto seguido terminara mis estudios en la capital, tenía decididas intenciones de impartir clases en La Nueva Era. Recuerdo lúcidamente que mi primer cheque fue de RD$125.00, un dineral para 1991 y que representaba para mí tremenda ayuda porque mi unigénita contaba con un año y era mi responsabilidad cumplir como padre.
En mi haber siendo profesor en La Nueva Era, debo citar elementos inolvidables que fueron parte fundamental tanto desde la perspectiva personal, estudiantil y luego educacional:
• La infraestructura era en realidad una enorme casa que por sus múltiples habitaciones, se prestaba perfectamente para convertirlas en aulas de clases. Esa casa era icónica en La Romana previo al instituto y su demolición constituyó el cierre de toda una época.
• Los famosos worksheets o pruebines/exámenes en sus modalidades parciales y finales. El entusiasmo de corregirlos contemplaba un bono extra por parte de la administración, pero cuando se realiza algo con pasión el sentir es mayúsculo.
• El método utilizado llamado «English For A Changing World», autoría de la editorial Scott Foresman y que de las ediciones disponibles, en La Nueva Era sólo se usaron las portadas púrpura, verde y naranja, todas con el dibujo tipo mapa mundi. Cada método traía el popular «Cue Book», el cual era un cuadernillo ilustrado que servía de soporte para completar ejercicios.
• Los múltiples días feriados debido a que los Sres. Hoff eran devotos de La Fe Bahá’í, religión monoteísta oiriunda de Persia (actual Irán) cuyos fieles seguían las enseñanzas de su profeta y fundador Bahá’ulláh, considerado en la actualidad como la Manifestación de Dios.
• El trato brindado y luego la creación de una larga amistad que sigue hoy en día con Doña Norma (nombre de pila Ambrosia Rijo Santana), la encargada de limpieza del lugar y que se le permitió instalar una cafetería. El lazo afectivo abarcó a sus descendientes, cuya hija Yesenia luego fue también profesora del instituto.
• El personal docente/administrativo: Conocí muy buenas personas allí, tanto en calidad de estudiante como profesor. En ese menester, debo citar en especial a Santo Díaz Feliciano, Ramón Penn y Rosario Rojas. Las entrañables secretarias Altagracia García (en una extensa y larga etapa) y luego Daphne Borrero en una etapa ya final, ésta última hermana menor de una ex compañera nuestra de estudios escolares, Kettsy Borrero y a Paul Hoff, hijo de los señores quien siempre fue un buen amigo y grato ser humano.
Parte de lo que comparto con ustedes está exclusivamente encapsulado dentro del periodo que me tocó vivir como estudiante y luego como profesor en La Nueva Era, pero los orígenes del instituto datan del verano de 1977 una vez los Sres. Hoff se mudaron a La Romana (habían llegado al país desde EE.UU. en Junio de 1969) con la intención de abrir el mismo.
Los Sres. Hoff en República Dominicana
La ciudad original donde los Hoff se quedaron en su llegada a República Dominicana fue Santiago de los Caballeros. Rowell y Caroline llegaron junto a Pamela Hoff, de 12 años e hija del primer matrimonio de Rowell; además vinieron otras dos hijas: Ann, de 4 años y Natalie de 2 años.
En Santiago de los Caballeros, el Sr. Hoff trabajó como profesor de Inglés en el Departamento de Idiomas de la Universidad Católica Madre y Maestra (actual Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra o sus siglas PUCMM al igual que popularmente Pucamaima) y eventualmente fue Director del Departamento. Por su parte la Sra. Hoff impartía clases de Inglés en el Centro Cultural Dominico Americano de Santiago y también durante algunos años, clases relacionadas a Administración de Empresas.
Llegada a La Romana
A inicios de 1977, los Hoff optaron por reubicarse en La Romana con el plan de si obtenían suficiente dinero, fundarían la futura Nueva Era y obviamente si las condiciones se prestaban para mantener a la familia. Rápidamente la Sra. Hoff consiguió un trabajo en el área de Bienes Raíces de Casa de Campo, Costa Sur. Allí fuera de su horario habitual laboral, impartía clases de inglés de 6:00 p.m. a 8:00 p.m.
Creación de La Nueva Era
Tal cual cité más arriba, en el verano de 1977 los Hoff comenzaron a darle forma a lo que después sería La Nueva Era. Compraron un par de docenas de pupitres, además de madera, pliegos de plywood y pintura negra para pizarras. Durante ese primer verano el Sr. Hoff fabricó unas cuantas mesas o escritorios, pintó y colocó unas cinco pizarras en las distintas habitaciones del frente de la enorme casa que convertirían en aulas, y organizó los pupitres.
La oficina, que luego pasó a ser un aula de clases, la estableció primero en el cuarto justo a la entrada de la casa, por donde todos entraban a ir a sus respectivas aulas. Su reubicación se determinó contigua al salón semicircular de “Los Vidrios”.
El letrero: El Sr. Hoff estaba convencido sobre el aspecto publicitario del innovador negocio y a sabiendas de la excelente ubicación de la infraestructura, compró un inmenso pliego de madera, pintura blanca, roja y azul y él mismo pintó el letrero: Centro de Inglés La Nueva Era y con la colocación de ese letrero, nació formalmente el instituto. La vistosidad del letrero era inminente ya que cuando las personas pasaban en dirección sur-norte por la calle Trinitaria o en su defecto, todo quien saliese de la iglesia Santa Rosa de Lima, hacía contacto visual con el citado letrero.
Aunque se hizo publicidad en otros medios tradicionales, los resultados fueron pírricos y según pudimos constatar vía un testimonio de Ann, se inscribió una única persona porque en su lugar de trabajo necesitaba saber la lengua de Shakespeare. No obstante, la mejor publicidad ha sido por mucho tiempo el correr la voz popularmente. De repente, un mar de niños, jóvenes y adultos comenzaron a inscribirse y La Nueva Era se convirtió en un spot social porque estilaba prestigio y avance a un punto que de ser vista como «la escuela de los riquitos».
Parte del staff que se recuerda en esos días destacan Rosario Rojas, Mildred de Baltazar, Lester McKenzie, Michael Knopf, David Takagi, Ned Sinclair, Mrs. Victoria, Edwin Trinidad, Catherine Shore y su hija Natalie más un enorme etcétera que no logramos completar.
El fin de una Era
Un penoso día en 1998 apareció de repente un visible letrero al tope de las escalinatas principales de acceso al instituto que rezaba «Se Vende» al junto de un número telefónico. Abordé al Sr. Hoff y tristemente me ratificó que el cierre era una realidad ya que los hijos de los propietarios originales, habían determinado al venta del inmueble una vez murió el patriarca de esa acaudalada familia.
Los Hoff regresaron a la ciudad de Santiago de lo Caballeros y así estar más cerca de sus nietos. Estando allí recibieron una oferta para trabajar en la “Inner Mongolia University of Technology” en la ciudad de Hohhot, Mongolia Interior, China, y por esa razón se fueron a esa gran nación. Su partida de República Dominicana se fechó el 17 de Julio del 2000 rumbo a la China. La especial e inolvidable pareja, escribió otro capítulo interesante de su vida llevando educación y amor desinteresado a cientos de personas en aquella parte del mundo. Tanto estudiantes universitarios, jóvenes y niños pasaron por sus manos y crearon la escuela “New Wellspring English,” que todavía hoy sigue funcionando.
El Sr. Rowell Hoff, de quien tengo un imborrable recuerdo en mi vida y un obsequio que guardaré por siempre en la forma de su libro «The Roads Home» (dado y firmado antes de irse de La Romana junto a mi cheque de liquidación), falleció en Agosto del 2012 y fue enterrado en Hohhot, provincia de Mongolia Interior, China. La Sra. Caroline Hoff falleció también en China el 19 de Octubre de 2019 y descansa al lado de su amado esposo.
La casa que una vez albergara El Centro de Inglés La Nueva Era es irónicamente en la actualidad una tienda china y al pasar por allí se hace imposible viajar en el tiempo y hacerle honor a la memoria del sitio y de los Sres. Hoff por ser la espina dorsal de un servicio de conocimiento que cimentó las bases de miles de personas en La Romana y de manera muy sensible, quien escribe estas líneas porque la base del inglés que conozco, la aprendí de ambos en el Centro de Inglés la Nueva Era.
Gracias por todo y hasta siempre Sr. y Sra. Hoff…
Agradecimientos a Ann Hoff-Fanaian por los datos suministrados y a Yesenia Martínez por diligenciar el contacto.
Fuente Original: https://serie26.com/