En el exterior, la CIA es un fantasma que tumba gobiernos y, en cierto modo, elimina estorbos de Estados Unidos.
Sin embargo, cualquiera diría que hacia lo interno, y luego de observar el cuasi-magnicidio del expresidente Donald Trump, ¿dónde estaba la supe seguridad del Servicio Secreto y del propio Buró Federal de Investigaciones?
El Servicio Secreto habría tenido al sujeto solitario que intentó liquidar al expresidente Donald Trump, en el punto de miras, vaciló y al retomar su papel de seguridad, ya Thomas Matthew, había arrestado el gatillo de su fusil.
Inexpertos lucieron los agentes del SS y del FBI, ya Trump herido, y ante tanta torpeza, ya en el congreso están pidiendo la cabeza de la jefa del organismo.
Incluso, expertos en materia de seguridad sostienen que hubo demasiado descuido en la zona a proteger, al tratarse de un área pequeña a la cual accedió el pistolero.
¿Cuántas cabezas volarán del Servicio Secreto y posiblemente del FBI?
Muchas interrogantes que deberán ser respondidas desde las más altas instancias de la Seguridad de Estados Unidos, ¿y del propio Donald Trump?
Recuerden que inmediatamente asumió como presidente Donald Trump, destituyó al director del FBI.
Ahora, mientras se trabaja en un bajadero para aminorar los errores en la Seguridad de Donald Trump. ¿Se auxiliará el ex gobernante en un equipo privado capaz de asumir su protección?
La única gran verdad es que la seguridad demócrata le falló a Trump y eso tiene un precio en política, ¿quién pagará?