Sentir vergüenza ante los hechos de ciertos tipos de gobiernos que sin decir nada, obviamente son solidarios con la política de exterminio y extensión de Benjamín Netanyahu.
Aunque las constantes masacres son conocidas por quienes saben leer, ver y escuchar, observamos cifras que dan gritas.
Más de 95 mil heridos víctimas de los bombardeos de Israel.
Más de 42 mil personas asesinadas, en especial, menores, ancianos y mujeres.
Más de 130 periodistas asesinados por los expertos en crímenes del ejército de Israel.
Más de 200 personas al servicio de Naciones Unidas, también, también cayeron víctimas de la sed de sangres del régimen sionista.
¿Sabía usted, que médicos se vieron forzados a amputar piernas de menores porque la administración de Benjamín Netanyahu limita la entrada de antibióticos y otros medicamentos con los cuales asistir a los heridos?
Omitimos por sospechas legítimas, el constante desafío de Netanyahu a la comunidad internacional, e incluso el desafío a su soporte principal, que evidentemente se solidariza con la ¡democracia! de Israel.