Peravia, RD.-.»Él no tenía necesidad, pero la ilusión de viajar y los amiguitos que lo llamaban desde Estados Unidos diciéndole ven para acá”…
Esa ilusión y esas llamadas motivaron a Alfredo Brito a emprender un viaje que lo condujo a la muerte.
Su madre Siria, sentada en una silla en la marquesina de su casa, observa la yipeta CRV de 2017 y una pasola Honda, color gris, de Alfredo. Al lado, una tía que reprochaba la decisión del joven, que el 23 de diciembre cumpliría 22 años, quien no tenía vicios y era muy seguido por las jovencitas del lugar.
Siria cuenta que él era el más pequeño de sus cinco hijos y el único varón de los dos que procreó su padre, quien solo trabajaba para darle “todos los gustos».
«Ese hombre vivía para ese niño. Yo le decía tú con un motor viejo y le compra pasola y yipeta a tu hijo, cómprate un carro para ti”, cuenta la señora.
Ella mantuvo comunicación con Alfredo todos los días por video llamada hasta las 6:00 de la tarde del miércoles, cuando le dijo que la llamara luego, que estaba haciendo un sancocho para otro de sus hijos que cumplía años.
El joven salió el día 2 de diciembre de su casa a las 4:00 de la tarde y el jueves 9 fue que ocurrió la tragedia en Chiapas, en México.
La dama vio el accidente en la televisión “pero jamás pensé que mi hijo estaba ahí, y el viernes tenía un dolor en el pecho y mi hija también presentía que algo pasaba con su hermanito”.
Sin embargo, fue el sábado que se enteraron que Alfredo iba en ese camión donde perecieron 56 indocumentados y por gestiones de sus familiares lograron tener la identificación del joven entre los muertos.
Era barbero, pero no tenía necesidad de trabajar, por ello había dejado sus estudios en segundo de bachillerato.
En el segundo nivel de la vivienda que compartía con su madre está el sillón para el oficio que bien dominaba, según testimonios de sus vecinos.
Le devolvió US $800 a su madre
Doña Siria recibió 800 dólares de Alfredo, pues cuando iba de camino al aeropuerto «uno de los hombres del viaje, le dijo que no podía llevar tanto dinero» y se lo retornó a la madre.
«A él no lo dejaron llevar el dinero que yo le di para que comprara comida y todo lo que necesitara en el trayecto, y el martes a las 2:00 de la tarde me llamó para decir que solo le habían dado galleticas y jugo, a lo que le dije que comprara Ensure (suplemento alimenticio)».
Agrega que el miércoles, último día que se comunicó con su hijo, este le dijo que le quitaron todo, la mochila con los ensure, agua y las galletas, que estaba muerto de sed.
Ella preocupada le había dicho que si quería que retornara, que no importaba que se perdiera el dinero, a lo que Alfredo le respondió: «Mami, yo sigo, ya estamos más cerca».
Triste y perturbada, Siria se cuestiona por qué no conversó con su vástago el día que estaba haciendo el sancocho sin saber que sería la ultima conversación que tendría con su pequeño.
También reprocha por qué si pagaron 20,000 dólares para el viaje no los tenían en un hotel, sino tirados en colchones en el piso.
Familiares en el extranjero hacen diligencias para traer el cuerpo de Alfredo y velarlo en su comunidad natal.
Tragedia
El 9 de diciembre, un trailer que transportaba a 160 indocumentados se estrelló contra un puente en el estado de Chiapas, dejando 56 muertos, la mayoría de Guatemala.
Listín Diario ha confirmado con sus familiares la muerte de 10 dominicanos, 7 de ellos banilejos.
