Un prometedor fármaco experimental contra el cáncer consigue eliminar tumores agresivos

Un ensayo clínico ha arrojado resultados prometedores en pacientes con cáncer metastásico. Lo ha hecho a través de un nuevo anticuerpo experimental, logrando reducir tumores en la mitad de los participantes y eliminar completamente la enfermedad en dos casos.
El medicamento desarrollado por la Universidad de Rockefeller en Estados Unidos -llamado 2141 V11-, es una versión mejorada de los anticuerpos agonistas de CD40, el cual se administra mediante inyección directa en los tumores y permite estimular el sistema inmunitario de manera localizada y con menor toxicidad que tratamientos anteriores.
El ensayo clínico de fase 1 del fármaco se probó en doce pacientes, redujo los tumores en seis, y curó a dos de ellos
Como ha publicado el estudio de Cancer Cell, con él se ha logrado reducir los tumores metastásicos en seis de 12 pacientes participantes en un ensayo fase 1. Además, ha conseguido que en dos de ellos el tumor desaparezca por completo.
El análisis ha buscado demostrar la eficacia en pacientes con cáncer de un formato mejorado de los anticuerpos agonistas de CD40. Este, en un principio, reveló un gran potencial en animales, pero que en humanos han tenido un impacto menor y hasta limitado, con importantes efectos adversos.
De hecho, en los últimos 20 años, estos anticuerpos siempre habían mostrado un gran potencial, pero también generaban una gran decepción. Y no por otra razón que porque si bien son eficaces para activar el sistema inmunitario y destruir las células cancerosas en modelos animales, llegaron a causar respuestas inflamatorias peligrosas, recuentos bajos de plaquetas y toxicidad hepática en humanos.
Los dos pacientes que experimentaron una remisión completa del cáncer metastásico tenían melanoma y cáncer de mama
Fue ahí cuando en 2018 las investigaciones del laboratorio de Jeffrey V. Ravetch, de la Universidad Rockefeller, demostraron que era posible diseñar un anticuerpo agonista de CD40 mejorado para aumentar su eficacia y poder administrarse de forma que se limitaran los efectos secundarios graves.
A partir de ahí hicieron varias pruebas. Una de ellas fue cambiar la forma de administrar el fármaco, que usualmente se realizaba por vía intravenosa. En su lugar, inyectaron el fármaco directamente en los tumores, por vía intratumoral. «Cuando hicimos eso, solo vimos una toxicidad leve», decía V. Ravetch.
Pero ha sido ahora, en un pequeño ensayo en pacientes humanos, donde se han revelado unos resultados esperanzadores para su uso clínico. El estudio incluyó a 12 pacientes con diferentes tipos de cáncer, en concreto, melanoma, carcinoma de células renales y distintos tipos de cáncer de mama.
Los dos pacientes que experimentaron una remisión completa -la desaparición de todos los signos y síntomas del cáncer- tenían tumores notoriamente agresivos y recurrentes. Una de ellas tenía más de una decena de tumores metastásicos en la pierna y el pie, pero “tras múltiples inyecciones en el tumor del muslo, todos los demás desaparecieron”, destacó el laboratorio de Jeffrey V. Ravetch. “Lo mismo ocurrió con la paciente con cáncer de mama metastásico, que también tenía tumores en la piel, el hígado y el pulmón. Y aunque solo inyectamos el tumor en la piel, vimos cómo desaparecían todos los tumores«.
“El fármaco crea un microambiente inmunitario dentro del tumor”
Las muestras de tejido de los tumores revelaron la actividad inmunitaria estimulada por el fármaco. “Nos sorprendió bastante ver que los tumores se llenaron de células inmunitarias”, dice Juan Osorio, primer autor del artículo y oncólogo médico en el Centro de Cáncer Memorial Sloan Kettering. «El fármaco crea un microambiente inmunitario dentro del tumor y, una vez que el sistema inmunitario identifica las células cancerosas, las células inmunitarias migran a las zonas tumorales no inyectadas».
Estos hallazgos han dado lugar a una serie de ensayos clínicos en los que el laboratorio Ravetch colabora actualmente con investigadores del Memorial Sloan Kettering y la Universidad de Duke. Estos ensayos en fase 1 o fase 2 evalúan actualmente el efecto del 2141-V11 en cánceres específicos, como el de vejiga, el de próstata y el glioblastoma, todos ellos agresivos y difíciles de tratar.
Fuente THE HUFF POST
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