GlobalOpinión

Hoy me confieso, un ser humano

Por Leonardo Cabrera Diaz

Vivo tranquilo o por lo menos trato de estarlo, y de sobrellevar y compartir espacio con las cosas que me agradan y las que no.

Con gente que sé que sin querer queriendo o simplemente queriendo me hace o me intenta dañarme y otros, que ya me afectaron mucho. Dios, sea con ellos.

A veces trato de doblegar mis imperfecciones para no herir, ni agredir a quienes me rodean y me profesan amor, cariño, o amistad.

Y pido a Dios, que multiplique mis virtudes, porque pienso que tal vez pocas, pero, caramba, algunas debo de tener, aunque, en ocasiones me asaltan las dudas, porque oigo y escucho más quejas y disgustos que vítores y aplausos de como soy, de lo que hago y de cómo pienso.

Y sobreviviendo, además, en medio de esa lucha feroz, de mis demonios y los ángeles que como todo ser humano llevo en mis adentros.

En ocasiones, entregándome y encerrándome tercamente en mis ideas y creencias, otras, confiando ciegamente en las de los demás, error, por el que he pagado varias veces.

Porque me han dado lo que piensan que yo merezco, y yo lo tomo de buen gusto, porque no puedo ni quiero hacer pensar a los demás, como yo pienso.

De así pasar, sería tropezar descalzo con la felicidad.

El universo, es tan grande e inmenso, que a todos nos permite llevar un mundo en nuestras cabezas, y aun así, quedan mundos, para los que ni siquiera se atreven y prefieren inmiscuirse en los mundos de los demás.

Además, sólo el dinero, se da de más o de menos, si es de menos duele, si se es honesto, si es demás se sufre por perverso.

El amor, si es amor, como amor se da, así como tal, sin muchas complicaciones, ni diatribas, al extremo, que no exige perfección a lo amado, sólo ama y ya, si algo siente que faltare lo dona, lo entrega, lo pone para complementar el todo, sin reparos.

Cuando se ama se abraza, porque el abrazo, es tan sublime como el beso, y a veces, algo más.

¡Oh de unos ojos hermosos, que, con una tierna mirada, se convierten en la luz que permite ver un corazón enamorado.

Me confieso un hombre enamorado, me gusta querer y sentirme querido, con un corazón a veces puto y cumbanchero, pero bohemio, medio loco y soñador.

Amante de las cervezas, de emborracharme, de disfrutar de una romántica y hermosa balada de un buen bolero, de todo cuanto huela amor, y una mujer cariñosa, que me susurre, un te quiero dándole un suave mordisco al oído.

Me confieso cascarrabias, algo celoso y dicen que soy controlador, ¡anja y como le hago!, esas son fallas de fábrica, inherentes a mí, a ese yo, tierno y amoroso que a veces soy. Que sólo ama mucho cuando quiere, y quiere mucho cuando ama.

Es más, con mis virtudes y defectos, hoy confieso que soy, un ser humano.

Con Dios, siempre.

Compartir:

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Translate »
Enable Notifications OK No thanks