SAN LUIS, Santo Domingo, R.D.
El Comité Dominicano de los Derechos Humanos, en el distrito municipal de San Luis, denunció la persecución desatada por la Policía Nacional, de Santo Domingo Este, en contra de dirigentes comunitarios del batey El Naranjos, luego de la protesta realizada la pasada semana, tras la muerte de un joven de esa comunidad, en accidente de tránsito.
La protesta se realizó en la autovía Santo Domingo-Samaná, próximo al puente de la carretera El Naranjo-Cabreto, cuya construcción viene siendo reclamada desde hace años por los comunitarios de esa comunidad, perteneciente al distrito municipal de San Luis.
Con la muerte del joven Reynaldo Feliz, de 20 años, suman cinco las víctimas mortales en accidentes de tránsito ocurridos en ese mismo lugar por las pésimas condiciones en que se encuentra la carretera, y especialmente dicho puente.
Diógenes Ozuna, presidente del CDDH en San Luis, denunció, igualmente, el asedio policial contra familiares de un joven, cuyo vehículo fue retenido por la Policía, durante la protesta.
Dijo que la Policía de la zona, por instrucciones de su director regional, general Eddy Peralta, está buscando por dondequiera a dicho joven, y que este lunes, incluso, trataron de apresar a su esposa, para forzar su entrega, lo que calificó como una acción totalmente ilegal.
Asimismo, Ozuna denunció la presencia en el batey El Naranjo de individuos vestidos de civil, fotografiando las casas de dirigentes populares.
Además, de la construcción del puente, los comunitarios del batey El Naranjo reclaman la construcción de sus calles, que están intransitables.
El CDDH, filial San Luis, rechazó la persecución en contra de los jóvenes del batey El Naranjo y responsabilizó al general Eddy Peralta de la situación.
Ozuna dijo que debido a la represión policial, por la protesta, algunos jóvenes que son “amenazados y perseguidos” por oficiales de la Policía, han tenido que abandonar sus hogares.
Dijo que lo que está pasando en batey Naranjo, es lo mismo que ocurrió en los funestos 12 años de Joaquín Balaguer, donde los jóvenes no tenían derecho a la protesta.
Ozuna denunció, además, que la noche del domingo, la comunidad vivió momentos de terror cuando un mayor, de apellido De los Santos, comenzó a cerrar negocios y apresar a los ciudadanos.
En ese sentido, reclamó la intervención del presidente Luis Abinader para evitar que la Policía asesine a un dirigente popular «y luego informar que se trató de un intercambio a tiros, o que la víctima enfrentó a los agentes y éstos repelieron la agresión».