Buenos días…
Un tribunal federal de Estados Unidos estaría solicitando en extradición a otro dirigente del PRM: Edickson Herrera Silvestre, actual regidor del partido oficialista en el Distrito Nacional.
Este individuo está siendo vinculado al narcotráfico en el Distrito Sur de Florida. ¡Qué vergüenza!
Pero, además, Estados Unidos está solicitando en extradición a un general retirado de la Policía Nacional, William Durán Jerez, quien en una ocasión trabajó en la DNCD, y a José Eduviges Aponte Torres.
Luis Abinader, sin lugar a dudas, ganó las elecciones de 2020 con la promesa de combatir la corrupción y la impunidad. Y casi cinco años después, en el país hay escándalos de corrupción por todas partes, incluso dentro de la Policía Nacional.
La suerte de Abinader es que no tiene oposición. La oposición está ciega, sorda y muda… igualito que el propio presidente.
En este gobierno del PRM, bajo la administración de Luis Abinader, no hay ética ni transparencia. Y los casos sobran. Están ahí. El Ministerio Público no se atreve a tocarlos.
Ahora bien, aunque Abinader haya sido un fiasco como presidente, incapaz de resolver los problemas que afectan a la clase pobre —que somos la mayoría de dominicanos—, sigue siendo el jefe de Estado, y se le debe respeto. No es correcto atacar con insultos obscenos o palabras impublicables a un Presidente.
Es cierto que el presidente parece no ver lo que está ocurriendo en el país, pues los precios de los productos siguen subiendo y la delincuencia azota a la ciudadanía. Pero, aun así, hay que respetar su investidura.
¡Señores, qué vergüenza! Son los propios policías quienes afirman que el director de esa institución, Ramón A. Guzmán Peralta, no tiene autoridad moral para sancionar a nadie, ni siquiera a quienes incurrieron en los vergonzosos hechos ocurridos en Jet Set, durante la reciente tragedia, donde se denunció que algunos agentes robaron prendas, tarjetas y dinero a los fallecidos y lesionados.
Y todo esto, porque dicen que Guzmán Peralta se ha hecho millonario de la noche a la mañana, sin ganarse la lotería.
El presidente Abinader es cómplice de lo que está ocurriendo en la Policía, donde tenemos al peor jefe de toda su historia… pero también al que más ha “progresado” económicamente. Eso merece una investigación seria y que haya consecuencia.
Por cierto, el periodista Braulio Jiménez ha denunciado públicamente que dos oficiales de la Policía, cercanos a Guzmán Peralta, estarían intentando asesinarlo. Ha revelado sus nombres y apellidos. Y el CDP, si existe, debe actuar.
En estos momentos, la popularidad del presidente Luis Abinader está por el suelo. La ciudadanía ya no cree en él. Dicen que ha hecho decenas de promesas y no ha cumplido ninguna.
A Faride Raful también le están cayendo todos los palitos encima.
En los barrios aseguran que durante la Semana Santa se prohibió la venta de ron y cerveza, pero los puntos de drogas seguían operando sin ningún tipo de restricción.
Los escándalos en la Policía Nacional no se detienen, y el presidente Abinader sigue sordo, mudo y ciego.
Un ejemplo más: la actuación del general Eddy Pérez, director de la Policía en Santo Domingo Este, fue vergonzosa. Imagínense: un general, fusil en mano, incautando una simple bocina. Eso solo desprestigia aún más a la institución.
Nos han llegado decenas de denuncias por maltratos y abusos policiales desde diferentes puntos del país.
Mientras tanto, los robos y asaltos siguen ocurriendo por doquier. La gente comenta que los agentes policiales parecen estar enfocados únicamente en buscar bocinas y perseguir a jóvenes negros, especialmente haitianos.
En Boca Chica, comunitarios han denunciado constantes abusos y maltratos policiales, especialmente contra comerciantes en esa zona turística.
Vean lo que ocurrió…