

Por Emilia Santos Frias
Hemos escuchado decir que una buena preparación es clave para el éxito, pero sin duda, esta debe seguir un plan de vida, financiero…, que constituyen el camino hacia la riqueza y libertad. Si se quiere triunfar o alcanzar ambiciones y satisfacer deseos, este debe ser seguido fielmente.
Es bien sabido que la prosperidad de un Estado, de una nación, depende de la prosperidad individual de sus habitantes. Del éxito de cada uno. Además del aprecio que se tenga al valor del dinero, porque este ofrece posibilidad para el disfrute de las mejores cosas que existen. Pero solo abunda para quien conoce los medios correctos para obtenerlos.
En vez de vivir como los esclavos de la antigüedad, que trabajaban, trabajaban…, y vivían sin nada, en pobreza eterna. Si bien es cierto que la fortuna de un ser humano no está en el dinero que posee, si no tiene fuentes para alimentar sus necesidades, sin recursos o inversiones, educación financiera…, sin escuchar recomendaciones, le aguarda escasez.
La regla para acceder a la riqueza es simple, se debe comenzar a ahorrar, controlar gastos, invertir o hacer que el dinero ofrezca frutos. Realizar prudentes inversiones para que el dinero no se pierda y que las propiedades adquiridas sean rentables, mientras se obtienen ingresos para el futuro, se aumentan las habilidades de gestión, profesional, laboral…, y se adquieren otros bienes.
Quien procura ver la luz brillante del amanecer, se ha propuesto triunfar. Pese a que la fortuna no favorece a todas las personas. Ella es «una diosa malvada que elige a distintos beneficiarios. Pero lleva a la ruina a quien la adquiere sin esfuerzos”.
Para acumular riqueza, es necesario entonces, emprender un camino, cual si se estuviera plantando un árbol. Ella brota de la semilla; el primer capital que se ahorra. Luego crece, porque se abona, se riega y ofrece la sombra. Esto ocurre cuando trabaja para su amo. Por ello, es aconsejable buscar recomendaciones de entendidos, no de estafadores.
Abrazar la oportunidad, aunque esta sea “una diosa arrogante que no pierde el tiempo con quienes no están preparados”. La riqueza aumenta con el trabajo y el esfuerzo. Es oportuno hacer de este un hábito, sin ignorar que es necesario vivir en todos los aspectos de nuestras vidas. Que «es bella y está llena de cosas buenas para disfrutar.
Estas y otras consideraciones se encuentran en la obra: El Hombre más Rico de Babilonia, de George S. Clason, quien nos continúa diciendo que, un Estado rico es el resultado de la sabiduría de sus habitantes, que decidieron aprender de qué manera se obtiene la riqueza. iBusquemos sabiduría para obtener dinero, invertir y ponerlo a producir!
Sin lugar a equivocación, los tesoros de los países son esas recompensas que se ofrecen a personas valientes, que no tienen pereza, porque trabajan y buscan lo que merecen. “¡No se puede esperar tener buena cosecha si se trabaja mal…, la riqueza huye de la persona que no la fuerza en ganancias imposibles!
Por eso, es recomendable que vivamos protegidos, y desde la gratitud apoyemos a nuestra comunidad mediante nuestras ganancias…, “más vale prevenir que curar…, decide qué quieres conseguir, trabajar ayudará a recibirlo”.
Quien trabajo se libera, y cuando el trabajo es bien hecho, hace bien a quien lo realiza, y le convierte en mejor persona. Le hace vivir con el corazón ligero, con felicidad. En ese sentido, se confirma que vivir activo propicio éxito. ¡Por ende, iqué el trabajo se convierta en nuestro mejor amigo! Él es la clave secreta para obtener riquezas.
Hasta pronto.
La autora reside en Santo Domingo
Es educadora, periodista, abogada y locutora.
santosemili@gmail.com
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