Por la Redacción
SANTO DOMINGO, R.D.
Durante la gestión de mayor general Ramón A. Guzmán Peralta, como director de la Policía Nacional, los escándalos en esa institución han sido tan frecuentes, que mantienen su imagen en el nivel más bajo de los últimos 46 años.
Así lo aseguran oficiales policiales, en retiro, que califican la gestión de Peralta Guzmán, como la peor desde 1978 a la fecha, cuando Antonio Guzmán Fernández llegó al poder, poniendo fin a los sangrientos 12 años de gobierno de Joaquín Balaguer.
Uno de los primeros escándalos de la jefatura de Guzmán Peralta ocurrió el 29 de diciembre del 2023, cuando dos militares y un agente de la DNCD fueron detenidos en un operativo, exhibidos públicamente y posteriormente ejecutados dentro de una cabaña.
En esa ocasión, Guzmán Peralta informó al país, a través de su vocero, que los dos militares, uno de ellos oficial, y el agente, todos adscritos a la DNCD, cayeron abatidos al enfrentarse con agentes policiales.
Empero, un video publicado en los medios y redes sociales, desmintió la versión de Guzmán Peralta y confirmó que se trató de un triple asesinato, ya que los tres fueron detenidos, aparecieron esposados y luego muertos.
Ni el presidente Luis Abinader, que con esa sangrienta acción vio manchada su gestión de gobierno (2020-2024), ni la procuradora Miriam Germán Brito, se han referido a ese triple asesinato.
En la gestión de Guzmán Peralta ocurrió el más grande escándalo de corrupción, dentro de la Policía Nacional, en los últimos 28 años (1996-2024), que fue el robo de municiones y su venta a pandillas criminales haitianas.
Fueron las fuerzas policiales haitianas-kenianas, quienes descubrieron ese robo, cuando encontraron cajas de municiones en una guarida de criminales haitianos, con la etiqueta de “Policía Nacional República Dominicana”.
Una fuente de inteligencia de la Embajada de Estados Unidos en República Dominicana, confirmó esta versión, en una conversación privada con periodistas de este digital,
Otro escándalo acaba de ocurrir, en Boca Chica, donde se ha denunciado que oficiales de la Policía habrían ocupado unos 200 kilos de cocaína, y supuestamente se apoderaron de 196 kilos, para su beneficio personal.
Días después del suceso de Boca Chica, en la provincia de Santo Domingo, ocurre otro escándalo, esta vez en el nordeste del país, donde un agentes de la Policía, identificado como el cabo Luis Alberto Díaz Turbí, habría sido asesinado de un balazo en el tórax y su cadáver lanzado al pavimento, desde un vehículo en marcha.
Este suceso ocurre en la Comunidad Santa Capuza, municipio de Sánchez, provincia de Samaná.
Ha trascendido que los autores de este sangriento suceso fueron narcotraficantes, a quien este y otros agentes policiales se proponían darle un “tumbe” de drogas, cuyo valor rondaba los 200 mil dólares.
Las denuncias de casos de ejecuciones extrajudiciales, donde numerosos ciudadanos han sido detenidos vivos, y posteriormente ejecutados, han sido frecuentes durante la gestión de Guzmán Peralta, que llegó hace un año a la jefatura de Policía, donde llegó procedente de la DIGESETT.
Precisamente, su gestión en la DIGESETT, entidad que dirigió durante casi tres años, ha sido calificada como una de las peores y sin ningún logro que exhibir.
Una auditoría hecha a su gestión en la DIGESETT, reveló numerosas irregularidades que involucran la malversación de más de 421 millones de pesos, recibidos del Estado dominicana, y pese a ello, fue designado por el presidente Abinader al frente de la Policía.
Los escándalos en la Policía, en la gestión de Guzmán Peralta, han perjudicado la llamada “reforma” policial, que se ha visto torpedeada por esos incidentes que, incluso, han traspasado las fronteras dominicanas.
Otro escándalo, que ha afectado la imagen de la Policía a nivel nacional e internacional, fue el reintegro a esa institución del coronel Adolfo Sánchez Pérez, que fue autorizado por el presidente Luis Abinader, a solicitud de Guzmán Peraltas, pese a que este oficial había sido puesto en retiro forzoso, en el año 2010, por haber sido involucrado con la red del narcotraficante boricua José David Figueroa Agosto.
Pero, además, la gestión de Guzmán Peralta, se ha caracterizado por poner en marcha un proceso de persecución y retaliación, que mantiene sin funciones a más de mil miembros de esa institución, desde rasos hasta oficiales generales, únicamente por haber sido colaboradores cercanos a otras gestiones policiales.
Debido al desastre administrativo y operativo de la gestión de Guzmán Peralta, varios generales que ocupan importantes cargos en esa institución, han desatado una férrea batalla por la jefatura de Policía.
A esta batalla, se agrega el general Brown Pérez, que de acuerdo con oficiales generales y superiores, en retiro, al igual que los demás altos mandos policiales, cuyas aspiraciones se han hecho públicas, no reúnen las más mínimas condiciones para optar por el más importante y delicado cargo policial, debido a su involucramiento en escándalos de corrupción.