

Por Francisco Luciano
Las cooperativas, fundamentadas en los principios de solidaridad, democracia y participación, dependen de la integridad y el compromiso de sus dirigentes sociales para cumplir su misión de promover el bienestar colectivo.
Sin embargo, cuando los dirigentes priorizan el beneficio personal, ya sea económico o de otro tipo, se generan riesgos que comprometen la sostenibilidad, la gobernanza y la confianza en estas organizaciones.
Este documento analiza los peligros de este comportamiento, incorporando la importancia de retribuir adecuadamente a los dirigentes por su labor, sin caer en prácticas que fomenten privilegios indebidos.
Desviación de la Misión Cooperativa
El rol de los dirigentes en los Consejos de Administración es honorífico y busca orientar a la gerencia en la formulación de políticas que respondan a las necesidades colectivas de los socios. Aunque no deben buscar beneficios personales, es justo que la cooperativa retribuya o cubra los gastos en que incurran los dirigentes para realizar su labor, así como invierta en su capacitación para fortalecer sus competencias. Sin embargo, cuando los dirigentes priorizan su estabilidad económica o privilegios, las decisiones pueden desviarse de los principios cooperativos de equidad y transparencia, favoreciendo intereses individuales sobre los colectivos. Esto debilita la esencia de la cooperativa y su compromiso con los socios.
Erosión de la Confianza de los Socios
La confianza es un pilar esencial del modelo cooperativo. Los socios esperan que sus representantes actúen con integridad y desinterés. Sin embargo, prácticas como la participación excesiva de una misma persona en viajes o eventos, motivada por el beneficio económico de viáticos u otros incentivos, pueden generar una percepción de oportunismo. Esta concentración de oportunidades en unos pocos crea una casta de privilegio que excluye a otros miembros capacitados, rompiendo la armonía interna. Cuando los socios descubren estas prácticas, la imagen y reputación de la cooperativa se ven afectadas, generando desconfianza y debilitando su cohesión.
Falta de Profesionalización y Competencia
Los Consejos requieren dirigentes con visión estratégica y compromiso con los valores cooperativos. La búsqueda de beneficios personales puede atraer a aspirantes sin las competencias necesarias, lo que resulta en decisiones improvisadas o mal fundamentadas que comprometen la sostenibilidad de la cooperativa. Además, la permanencia prolongada de dirigentes motivados por intereses económicos bloquea la renovación de liderazgo, impidiendo la incorporación de nuevos talentos. Por ello, es crucial que las cooperativas inviertan en la capacitación de sus dirigentes, asegurando que estén preparados para cumplir su rol sin depender de incentivos económicos indebidos.
Riesgo de Prácticas Antiéticas o Corrupción
La búsqueda de beneficios personales puede derivar en prácticas antiéticas, como el uso indebido de recursos, favoritismo o manipulación de procesos democráticos. Por ejemplo, el uso de subterfugios, como asignar repetidamente a una misma persona para viajes o eventos con el fin de beneficiarla económicamente, no solo afecta la equidad, sino que también expone a la cooperativa a riesgos legales y reputacionales. Estas conductas erosionan la gobernanza y comprometen la sostenibilidad a largo plazo, dañando la confianza de los socios y la comunidad.
Impacto en la Participación Democrática
El modelo cooperativo se basa en la participación activa y democrática. Sin embargo, cuando los cargos en los Consejos se perciben como fuentes de privilegio, se desincentiva la participación de líderes potenciales comprometidos con los valores cooperativos. La falta de rotación en los liderazgos y la exclusión de otros miembros generan un ambiente de desigualdad, reduciendo el dinamismo y la innovación en la cooperativa. Promover una participación equitativa y transparente es esencial para mantener la vitalidad del modelo cooperativo.
Desbalance en la Relación con la Gerencia
El Consejo debe orientar a la gerencia en la definición de políticas, manteniendo un equilibrio entre la visión estratégica y la ejecución operativa. Sin embargo, cuando los dirigentes buscan beneficios personales, pueden presionar a la gerencia para obtener favores, desvirtuando su rol de supervisión. Esto genera tensiones internas, compromete la autonomía de la gerencia y afecta la calidad de los servicios ofrecidos a los socios.
Medidas para Mitigar el Riesgo
Para contrarrestar estos riesgos, las cooperativas deben implementar medidas que refuercen la transparencia, la rendición de cuentas y el compromiso con los principios cooperativos:
1. Capacitación Continua: Invertir en formación sobre principios cooperativos, gobernanza y ética para garantizar que los dirigentes comprendan su rol honorífico y estén preparados para cumplirlo.
2. Límites de Permanencia: Cumplir con períodos máximos establecidos en la Ley y los estatutos que limitan la permanencia en los cargos de los Consejos, promoviendo la renovación de liderazgos y evitando el aferramiento a los puestos.
3. Transparencia: Publicar información clara sobre decisiones, compensaciones y procesos de elección, incluyendo la asignación equitativa de oportunidades como viajes o eventos.
4. Participación Equitativa: Fomentar la participación activa de los socios en la elección de representantes, asegurando que los candidatos sean seleccionados por su compromiso y no por intereses personales.
5. Auditorías y Controles: Implementar auditorías internas y externas para detectar y prevenir prácticas antiéticas o conflictos de interés.
6. Retribución Justa: Cubrir los gastos razonables de los dirigentes y apoyarlos con capacitación, sin permitir que estas medidas se conviertan en mecanismos de privilegio.
En conclusión, la búsqueda de beneficios personales en los Consejos de las cooperativas representa una amenaza para su integridad, sostenibilidad y confianza. Si bien es justo retribuir a los dirigentes por los gastos incurridos y capacitarlos para su labor, no es aceptable recurrir a prácticas que concentren oportunidades en unos pocos, generando privilegios que fracturan la armonía interna y dañan la reputación de la cooperativa. Promover una cultura de transparencia, equidad y compromiso genuino con el bienestar colectivo es esencial para preservar el espíritu cooperativo y garantizar que los Consejos cumplan su función de orientar a la gerencia en beneficio de los socios y sus comunidades.
El autor es docente universitario y cooperativista.
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