Por Augusto Álvarez
Recientemente, un ex gobernador del Banco Central señaló que el patricio Juan Pablo Duarte estableció 7 provincias en nuestro territorio nacional.
Al mismo tiempo, precisó que el régimen de Rafael L. Trujillo elevó el número a 16, y con puño de hierro, sangre y muertes se mantuvo 31 años, convirtiendo a la nación en una especie de finca de su propiedad.
Inmediatamente es ajusticiado el tirano, los políticos se disputan la depredación de los que el trujillismo dejó.
Las 16 provincias formadas por la tiranía, los políticos las aumentaron a 32, y así se diversifica el reparto: un senador por provincia, varios diputados, alcaldes, saqueos de propiedades, fábricas de funcionarios y de rangos, botellas y más.
Tenemos 48 mil kilómetros cuadrados para 32 provincias y un Distrito Nacional.
Mientras que en Cuba existen 15 provincias, distribuidas en 110 mil kilómetros cuadrados. Esto significa que dicha nación posee un poco más del doble de República Dominicana, pero tenemos 17 provincias más que la patria de José Martí.
De seguir el reparto, quizás igualamos en provincias a los Estados de la Unión Americana, aunque a Estados Unidos le falta tener representantes en el Parlacen.
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