Milei al borde del abismo: si “la libertad” avanza lo lanza
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Por Oscar Guedez
La llegada del economista Javier Milei al poder en Argentina, tras la profunda crisis causada por la pandemia y la pobre gestión económica de Alberto Fernández, ha llevado a ese país a un escenario de polarización aún mayor que antes de 2023.
La promesa de una revolución liberal liderada por Milei para terminar con la corrupción, normalizar la economía y devolver derechos individuales a una sociedad en la que amplios sectores se quejaban de los subsidios y beneficios sociales a un sin número de sectores, choca hoy con una realidad social devastada por recortes, desigualdad, crisis política e institucional, y mayor endeudamiento.
EL ESCÁNDALO
Milei llegó a la Casa Rosada como abanderado del combate al clientelismo, los privilegios estatales de la clase política a la que él sigue definiendo como “la casta”, y con la promesa de estabilizar la economía para que todos vivan como merecen. Su famoso mitin con la motosierra era parte de la promesa de recortar el gasto público y reducir el tamaño del Estado eliminando ministerios e instituciones.
Sin embargo, hoy enfrenta un escándalo que pone en jaque su narrativa fundacional. Audios filtrados en los que su abogado y muy cercano colaborador revela presuntos sobornos mensuales de entre 500,000 y 800,000 dólares ligados a la compra de medicamentos para personas con discapacidad, involucran a su propia hermana, Karina Milei, secretaria general de la Presidencia.
Según los audios de Diego Spagnuolo, entonces director de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), Karina Milei recibía un 3% de comisión, dentro de un esquema que implicaba al menos un 8 % de sobreprecio en los contratos de compras de medicinas para las personas con discapacidad.
A raíz de este escándalo se inició una investigación federal y ya se han producido allanamientos en más de una decena de propiedades, mientras Milei insiste en decir que eso es sólo una operación política del kirchnerismo, aunque no muestra ninguna prueba de ello ni de que haya sufrido una ruptura con Spagnuolo antes o después de la filtración.
En todo caso, el terremoto que sacude a su gobierno llega a pocos días de unas elecciones legislativas decisivas, en un contexto donde las encuestas revelan que la aprobación popular a su gobierno está por debajo del 40%.
FRÁGIL ESTABILIDAD
Desde que llegó al poder en diciembre de 2023, Milei heredó una inflación anual cercana al 211%, en su momento, la más alta de toda América Latina, Milei emprendió políticas de ajuste duro y logró reducirla: del pico de 289 % en abril de 2024 a cerca de 2.2 % mensual en enero de 2025, uno de los niveles más bajos, logrando un éxito rotundo al menos en los papeles.
Esto le permitió normalizar parcialmente la economía, recuperar reservas, disipar parte del riesgo país y proyectar una recuperación del PIB estimada entre 3.5 % y 5 % para 2025
Sin embargo, esa reducción de la inflación no ha tenido un impacto social positivo, porque aunque los precios no suben, los salarios reales y el acceso a servicios básicos siguen muy deteriorados y el poder adquisitivo en Argentina es cada vez menor.
De hecho, las cifras en su conjunto dejan poco lugar para el optimismo: antes de su toma de poder la Pobreza rondaba el 42%, pero en apenas seis meses de gobierno (junio 2024), la pobreza que ya había escalado al 53%, aunque ya en estas alturas de 2025 ronda el 32%. Sin embargo, la desigualdad se ha acentuado y el 10% más rico de la población concentra el 33% del ingreso nacional.
Además, la recesión golpeó con fuerza al país gaucho y la eliminación de subsidios, como parte de la política de la motosierra, encareció servicios básicos como la electricidad y el gas, ambos imprescindibles para hacer frente al frío invierno del cono sur.
Los incrementos de esos servicios básicos bajaron luego al 38 o 39% según el gobierno, pero muchos analistas y economistas aseguran que el “alivio” económico es numérico pero no real ante el deterioro del salario y el ingreso de las familias, por lo que muchos hogares aún sienten el impacto.
En el mercado laboral, la política de ajuste de Milei destruyó unos 115,000 empleos en el sector privado y otros 50,000 en el sector público, mientras que la economía informal ganó 224,000 puestos entre 2024 y 2025, reflejando una precarización creciente del empleo, lo que tiene impactos colaterales en la seguridad social personal y familiar de los trabajadores y en la estabilidad del precarizado ingreso familiar.
La tasa de desempleo alcanzó el 7.9% en el primer trimestre de 2025, superando las cifras de 2021 en plena pandemia.
SUBSIDIOS Y PENSIONES
El ahorro fiscal prometido por Milei no llegó por recortar beneficios a “la casta, las fuentes de ingreso más fáciles que encontró el presidente “libertario” fue eliminar la construcción de obras públicas; eliminar los subsidios al transporte público, y la energía eléctrica y el gas, aplicando políticas que impactaron directamente el bolsillo de los sectores populares, especialmente en el interior y zonas rurales.
La clase media también se ha visto afectada por los recortes a los salarios de los docentes y los médicos, cuyos salarios están más deteriorados de nunca y deben laborar en los hospitales públicos en condiciones imposibles, afectando con ellos a los miles de pacientes de diversas patologías.
Es icónico el caso del Hospital Garrahan, que cada año ofrecía más de 600.000 consultas y realizaba unas 10.000 cirugías a niños de todo el país pero que, desde que asumió Milei, han visto renunciar a decenas, tal vez centenares, de galenos que necesitan, para subsistir, pasarse al sector privado. Milei acuñó sus ataques al personal de ese hospital asegurando que tenía un 70% de nómina administrativa y no médica, lo que fue refutado por investigaciones independientes.
Milei sigue negando cualquier incremento de pensiones, incluso por debajo del índice inflacionario y le genera fuerte rechazo en el sector de los jubilados y pensionados en un país con una base demográfica envejecida, cuya edad promedio de la población general es de 32 años y que cuenta con más de 6 millones de jubilados pensionados.
DIVISIONES INTERNAS
Al interior del gobierno son notables las fisuras. La vicepresidenta Victoria Villarruel fue excluida sistemáticamente de decisiones clave, ha denunciado una fractura pública que Milei mismo confirmó, la ha llamado “traidora” y no se le permite participar en el gabinete.
Por el escándalo en torno a la criptomoneda “$Libra” también han aflorado divisiones en el Congreso, lo que facilitó que se formara una comisión de investigación, asfixiando aún más la gobernabilidad.
Por si fuera poco, ha ocurrido la expulsión del senador Francisco Paoltroni de su bloque parlamentario, la indignación de funcionarios “libertarios” por las visitas de diputados de su partido a represores de la dictadura, las críticas del estratega de campaña Santiago Caputo a Karina Milei y su primo “Lule” Menem.
Esto sin contar las renuncias de figuras poco notorias de La Libertad Avanza y la incorporación de figuras del “establishment”, o dicho por Milei, “la casta” política, que sólo parece desagradarle cuando son de oposición y no cuando le ayudan a gobernar.
MÁS DEUDA
La deuda externa de Argentina sigue siendo el principal desafío económico del país. Según datos oficiales, la deuda externa bruta supera los 278 mil millones de dólares en el primer trimestre de 2025.
En paralelo, la deuda bruta total del Estado, que incluye compromisos en moneda local y extranjera, se ubica en 467 mil 788 millones de dólares, con más de la mitad nominada en divisas.
Este crecimiento se explica en parte por el aumento de la deuda en pesos, mientras el gobierno de Javier Milei dice que busca reducir la dependencia del financiamiento externo y ordenar las cuentas fiscales.
Sin embargo, el propio Milei firmó un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por 20.000 millones de dólares, con un esquema de desembolsos escalonados y un plazo de devolución de diez años.
Según el gobierno, el acuerdo busca estabilizar la economía y recuperar la confianza de los mercados, pero implica un fuerte compromiso de ajuste y reformas estructurales que amenazan con seguir golpeando el bolsillo de las clases populares, y no de las castas.
Así el profundo experimento liberal que vive Argentina parece tener un diagnóstico claro del derrumbe previo y rutas de ajuste radical que sólo pueden profundizar la crisis de gobernabilidad, ampliar el descontento popular y evidenciar las divisiones internas en un gobierno que llegó al poder para eliminar los privilegios y sólo ha logrado hundir más a los que ya estaban socioeconómicamente abajo. Ese costoso ajuste está socavando la cohesión social y está generalizando la miseria, la polarización política, la falta de redes de protección y la erosión del sistema político argentino.
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