

Por Manuel Hernández Villeta/A Pleno Sol
El mejor antídoto contra el delito, es mejorar las condiciones de vida de la población. La punta de lanza del crimen son los jóvenes residentes en los barrios, que se ven sin presente ni futuro.
Mejorar las condiciones de vida en las barriada y zonas marginadas, es dar un paso adelante en la lucha contra la criminalidad. Es necesario llevar la educación y el empleo.
Sin educación, en cualquiera de sus estamentos, es imposible conseguir un empleo, y mucho menos uno que pueda cubrir las necesidades básicas. La escuela está para ir moldeando las conductas y es la columna vertical fundamental de lograr vivir en un mundo mejor.
Cuando un muchacho o una adolescente abandonan la escuela está al borde del precipicio social, y solo es tiempo de espera para que caiga en la delincuencia. La mayoría de las prostitutas son chicas golpeadas por la falta de oportunidades y para subsistir tienen que vender su cuerpo. Hay que ver cuántos delincuentes desertaron desde la escuela básica.
En las barriadas hay que ligar a los jóvenes a los institutos vocacionales de donde puedan salir técnicos en mecánica, plomería, carpintería, electricistas, choferes, y otros.
Los jóvenes de barriadas marginadas, salvo las excepciones que no mueven las estadísticas, viven en la mayor de las miserias, zarandeados por una sociedad de consumo, que les traza caminos de oferta y demanda.
La acción policial para hacer frente a los delitos es de rigor. Una justicia que no se quiebre, también. Pero es pensando en la sanción después que se comete el hecho. Hay que ir trabajando en la prevención, y así se evitará que los jóvenes caigan en la delincuencia.
Es de rigor que las autoridades hagan un estudio y reconteo a fondo para determinar la edad de los que están fuera de la ley. A simple vista en los palacios de justicia son jóvenes menores de 30 años, y en su mayoría proceden de las capas pobres.
Los mayores recursos deben estar destinados a mejorar las condiciones de vida en los barrios, para prevenir que los jóvenes vayan a buscar en la delincuencia lo que le niega la sociedad. En un mundo de vanidades se amargan los pensamientos viendo el consumismo por todos los medios de divulgación.
Es una medicina que permitirá que la muchachada tome por el camino correcto, si se inculcan los valores, el amor al trabajo y conocer las causas sociales que generan la miseria y el abandona, Prevenir debe ser la consigna al tratar la delincuencia.
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