Por Víctor Eddy Mateo Vásquez
Ahora le llaman “formalista” e “idealista” al que cree en el Estado de Derecho. Todo es bueno hasta que nos toca. Nadie está en contra de que se ponga “orden”, pero ese “orden” debe respetar la jerarquía normativa. Se quejan de Trujillo, pero nadie más trujillista que sus propios críticos.
De lo que se trata es de que hagan cumplir las disposiciones medioambientales que ya establecen parámetros para el ruido y su respectivo régimen de consecuencias.
Ahora bien, no es el Ministerio de Interior y Policía (MIP) quien debe hacerla cumplir, es el Ministerio de Medioambiente en virtud de la Ley 64-00 y sus reglamentos.
Respecto a la venta de alcohol, las autoridades locales deben mirar la experiencia de otros países y entender que no es que un funcionario se levante a intentar ser superhéroe, es que su actuación debe acogerse a las fuentes del derecho del ordenamiento jurídico en cuestión.
En fin, es una pena que la gente solo se detenga en la bulla mediática y no se moleste en conocer sus propias prerrogativas y deberes. Hoy es con este tema, pero si mañana particularmente no les conviene otro, también saldrán a defender primero sus intereses que el interés general.