Colosenses

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Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

La Epístola a los Colosenses es uno de los veintisiete libros que constituyen el Nuevo Testamento. Es una breve carta dirigida a los creyentes en el Mesías que habitaban en la antigua ciudad de Colosas, otrora situada en Frigia, al sudoeste de Asia Menor.

La carta se presenta como obra de Pablo de Tarso, autor de otras epístolas incluidas en el Nuevo Testamento, y la tradición eclesiástica no cuestionó su autoría.

La tradición eclesiástica ha venido atribuyendo la epístola al apóstol Pablo, y sólo desde el siglo XIX se ha cuestionado esta idea. En la actualidad, las opiniones están divididas.

Los autores modernos partidarios de la autenticidad de la epístola se basan sobre todo en la tradición unánime de la Iglesia, la presencia en ella de ideas características del pensamiento teológico de Pablo y la afinidad de la situación en ella descrita con la Epístola a Filemón.

Quienes descartan que la epístola sea auténticamente paulina se basan en diferencias de vocabulario, diferencias de estilo literario, concepciones teológicas diferentes.

La imagen que la epístola presenta del apóstol: más que a un personaje vivo, parece reflejar a un personaje del pasado.

En la epístola hay elementos que permiten afirmar que fue escrita en prisión. Por ello, los partidarios de la autoría de Pablo consideran que fue escrita durante alguno de los períodos de encarcelamiento del apóstol narrados en los Hechos de los Apóstoles: su primera prisión en Roma, durante la cual disfrutó de una relativa libertad para predicar (Hch 28,16-28), su segundo encarcelamiento en dicha ciudad, su prisión en Cesarea Marítima (Hch 23,12-27,1), o incluso en Éfeso (Hch 9). En todo caso, debió ser compuesta poco antes de la Epístola a los Efesios.

La carta va dirigida a la comunidad creyente en el Mesías de la ciudad de Colosas, en Frigia, región situada en el sudoeste de Asia Menor. Colosas era una ciudad pequeña, relativamente cercana a Éfeso y Mileto.

El motivo de la epístola son las disensiones que han surgido en el seno de la comunidad a causa de la predicación de algunas personas cuyos nombres no se citan. La doctrina de estos predicadores puede reconstruirse a partir de la propia epístola. Se trata de una «filosofía» que postula la existencia de poderes intermedios entre Dios y los hombres (en el texto llamados principados y potestades, que pueden asimilarse a los ángeles.

Dada la insistencia del autor de Colosenses en que únicamente en el Mesías reside la plenitud de la Deidad, puede deducirse que, para los predicadores de Colosas, el Mesías ocupaba un lugar subordinado con respecto a estos «principados» y «potestades».

El autor de la epístola advierte explícitamente contra los poderes de las tinieblas esta filosofía prescribía además ciertas prácticas, relacionadas con la comida y la bebida, así como con festividades como la del novilunio y la del sábado.

Víctor Martínez piensa que es muy importante investigar más acerca de esta interesantísima epístola.

Gracias a la hermana Yolanda Logroño por hacer posible que este curso bíblico llegue a todos nosotros.

Que la gracia y la paz sean con ustedes de parte de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo.

Hasta la próxima.

Publicidad Leonardo Castillo