Negocios

Germán Osorio: Del Fracaso Millonario a la Reinvención Digital y el Éxito Compartido

Germán Osorio, el visionario detrás de Picardías, una de las empresas de recreación y eventos más importantes de Latinoamérica, que llegó a operar en 12 países, revela los duros desafíos que enfrentó, incluyendo una quiebra devastadora y una profunda crisis personal, y comparte las claves de su resurgimiento y su filosofía para construir negocios exitosos y atraer riqueza. Osorio, quien inició su primer negocio a los 16 años, transformó sus marcas en franquicias exitosas y ahora incursiona con fuerza en nuevos mercados como el gastronómico con «Broster del Chef».

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En su punto álgido, Picardías facturaba 2.000 millones de pesos colombianos al mes solo en fiestas, con un retorno del 10 al 15% en publicidad. Sin embargo, la persistencia en la publicidad tradicional, como la televisión y las páginas amarillas, se convirtió en una carga insostenible. Osorio invirtió hasta 2.000 millones de pesos en publicidad, llegando a vender una casa para financiarla. Esta estrategia, aunque inicialmente posicionó su marca, dejó de ser rentable a medida que el consumo mediático cambiaba. La gente dejó de ver televisión masivamente, optando por canales de interés particular y redes sociales, mientras Osorio seguía invirtiendo fuertemente en medios tradicionales hasta enero de 2017. Esta desconexión con las nuevas tendencias, sumado a un excesivo endeudamiento, lo llevó casi a la quiebra, perdiendo prácticamente todo lo que tenía.

La quiebra no solo fue financiera; desencadenó una crisis depresiva y un problema con el alcohol que lo llevó a tocar fondo entre 2012 y 2014. Fue internado en un centro psiquiátrico por su familia y tuvo que luchar para recuperarse. En medio de esta adversidad, Osorio emprendió tres proyectos clave que marcaron su resurgimiento: una gerencia digital, la restauración de su antiguo coche «bocho» (que estaba oxidándose como él) y el aprendizaje de cocina. Descubrió el poder de las redes sociales para la segmentación de mercados, logrando en seis meses la misma facturación que había tardado años en alcanzar, pero con una décima parte del presupuesto. Este cambio estratégico le permitió «mudar» Picardías al canal digital, aunque al principio la gente creyó que la empresa había fracasado al desaparecer de la televisión. Osorio enfatiza que «uno nunca arranca de cero» después de una quiebra, sino que se parte con un «saber hacer» y una valiosa experiencia.

Su filosofía de negocios se basa en varias premisas contundentes:

  • Hacer dinero es «muy fácil»: La pereza y las creencias limitantes son los principales obstáculos. La gente prefiere ganar el 100% de algo pequeño que el 50% de algo grande.
  • Superar el miedo al fracaso y el «qué dirán»: Mucha gente no emprende por miedo a la crítica de su círculo social. Osorio aconseja no contar las ideas a otros al principio, sino testearlas y explotarlas individualmente.
  • Disciplina y planificación: Destaca que la disciplina es el «mayor aliado del hombre rico». Lamenta que muchos emprendedores no se tomen el trabajo de planear, organizar, ejecutar y controlar sus negocios. Un error común es no calcular costos «hormiga» (como el aceite en la cocina) o no tener un colchón financiero para los primeros meses.
  • Administración del flujo de caja: Advierte sobre el peligro de tener un flujo de caja anticipado, ya que el dinero no es del empresario hasta que se presta el servicio y se cubren costos fijos y variables.
  • Todo negocio es «susceptible de franquiciar»: Osorio demostró esto con Picardías, un negocio de «payasos y fiestas». Para franquiciar, es esencial tener un negocio rentable, fácil de transmitir y con un «know-how» sistematizado y manualizado.
  • Enfoque en el perfil del franquiciado: No se debe vender una franquicia solo por dinero, sino buscar un socio con tiempo, ganas y pasión, incluso si está «endeudado» y solo tiene una opción: salir adelante. Osorio ha evolucionado hacia franquicias asociativas, donde él invierte el 50% y acompaña al socio, incluso condonando parte del pago si el socio es diligente.
  • Innovación y adaptación constante: Remarca que una «muy buena idea deja de ser buena idea» y un «muy buen negocio deja de ser buen negocio» si no se adaptan a las tendencias. Su nueva empresa, Broster del Chef, surgió de la oportunidad de llevar un producto popular a barrios desfavorecidos, pero con procesos de asepsia, calidad y un modelo de negocio escalable.
  • Invertir en uno mismo y en el futuro: Osorio invierte un 10-20% de sus utilidades en sí mismo. Su modelo de Broster del Chef busca la plusvalía de la marca a futuro, no solo las ganancias inmediatas por producto.

Germán Osorio también visita a emprendedores en la calle, destacando cómo muchos negocios informales, especialmente de comida, generan altas rentabilidades, pero a menudo no logran formalizarse o acumular riqueza. Él visualiza y desea intensamente sus metas, lo que cree que la mente ayuda a materializar. Su motivación principal es su rechazo a la pobreza y el deseo de vivir cómodamente y viajar.

Con una trayectoria de más de 44 años y un espíritu que lo impulsa a seguir trabajando por «logros, metas y pasión», Germán Osorio se ha convertido en un referente de resiliencia y estrategia, dejando el mensaje claro: «¡Para adelante emprendedor!».

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