El clásico choque entre el crimen organizado, maleantes conectados al narcotráfico, cedió el paso a la sublimidad, al ser descubierta la vicepresidente de Ecuador en un ‘normal’ tráfico de influencia.
La señora Verónica Abad, conforme investigaciones de las autoridades de dicha nación, desde sus posiciones alejada de sospecha, pisó la línea donde dice el cartel de la honradez: No pase.
Las acusaciones en donde la Fiscalía involucra al hijo de la vicepresidenta Verónica Abad, están documentadas por fotos y videos, donde aparece el hijo de la mandataria «negociando» sueldos de hasta 1,700 dólares.
Se habla de un enfrentamiento entre el presidente Daniel Noboa con su vice, la señora Verónica Abad, pues trascendió que desde que asumieron sus posiciones, no han cruzado palabras.
Sebastián Barreiro Abad, que ya guarda prisión en Quito, el hijo de la segunda mandataria, ha negado las acusaciones, mientras la madre, conforme las disposiciones legales, no puede ser obligada a declarar contra un hijo.
Sebastián Barreiro Abad
Se aprecia cómo se mueve Ecuador entre los ajustes de cuentas de personas vinculadas a cárteles de narcos y ahora a delitos de tráfico de influencias para escalar posiciones en el Estado.
Incluso, ya se habla de que el presidente Noboa debería frenar o hacer lo posible, este aparente choque de trenes en su administración.
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