
Por María Hernández
La ascitis es una inflamación abdominal que es causada, generalmente, por la acumulación de líquidos que frecuentemente está relacionada con una enfermedad asociada a la hepatitis en su nivel dos.
Sin embargo, de acuerdo a algunos expertos esta enfermedad aparece en pacientes que tienen décadas en tratamientos para enfermedades cardíacas.
Es el caso de la persona que tratamos hoy y al que llamaremos José como nombre ficticio.
Desde hace dos décadas José está tratando de mejorar su condición de salud que se ha agravado por la cantidad de medicamentos que ha tenido que consumir para detener, por poco tiempo, la arritmia que afecta a su maltratado corazón.
Lo más difícil es que ya José no puede comer, dormir, acostarse, sentarse, ni estar parado. Todo le molesta por el abultamiento irregular que presenta su vientre.
Y así ha sido enviado a su casa. Sin poder trabajar y con un listado de medicamentos especiales y caros que no venden en la botica y que el más barato cuesta 8 mil pesos.
Cuando sus familiares han visitado al Seguro Nacional de Salud (Senasa) les dicen que todavía no tiene la edad requerida para recibir esos medicamentos porque no llega a cincuenta años, ni siquiera y tiene media vida luchando con su atribulado corazón.
José, un predicador que ha viajado a otras naciones a sanar a personas enfermas física y mentalmente, pero que lamentablemente hoy pasa por esta prueba.
Lo que su familia le pide a Salud Pública, el Despacho de la Primera Dama y al Senasa es que no dejen que se apague esa linda y sincera sonrisa que expone José a flor de labios cuando se le pregunta que cómo se siente. Bien, pero, y se agarra su abultado abdomen.
Esperamos que la ayuda del Estado hacia un desvalido ciudadano llegue a tiempo antes de que sea muy tarde.
En el mundo hay tantas personas con ascitis y en nuestro país, hasta ahora solo José.
Gratitud eterna al Instituto Dominicano de Cardiología que ha demostrado que son lo mejor en su especialidad en nuestro país, pero que ya no pueden llegar más lejos que donde han llegado. Solo Dios y las autoridades pueden dar un poco más para que la vida de este humilde ser humano pueda mejorar o quizás hasta curar.
En la actualidad no se sabe cuántas personas en el mundo padecen de ascitis, pero en nuestro país, solo conocemos el caso de José.
En nuestro país, el 17 por ciento de las personas entre 20 y 70 años padecen algún nivel de diabetes, pero no todos terminan en ascitis si son medicados y tratados a tiempo.
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