ORIENTE MEDIO
Algunos expertos tienen la sospecha de que Tel Aviv estaría utilizando armas nucleares tácticas en sus últimos ataques a territorio sirio.
La sospecha está fundamentada en datos obtenidos sobre el terreno, que ponen en duda tanto la composición del arsenal militar de Israel como el alcance de sus decisiones estratégicas en la región.
La agencia de noticias Avia.pro destaca que, de acuerdo con información recibida de fuentes independientes, el 15 de diciembre de 2024, las fuerzas armadas israelíes atacaron una instalación militar subterránea en la ciudad costera siria de Tartus.
Señala que los expertos estaban especialmente interesados en la supuesta naturaleza del arma utilizada, y que se trataba de una denominada «bomba nuclear táctica».
Añade que las mediciones de la radiación de fondo tomadas tres meses después del ataque mostraron resultados anormales.
El nivel de radiación en la zona de la instalación alcanzó los 18 milisieverts, lo que es 60 veces superior a los niveles naturales e incluso supera el nivel registrado tras el desastre de la central nuclear de Fukushima, que fue de 14 milisieverts.
Los hallazgos, dice el medio, generaron especulaciones de que Israel podría haber cruzado una línea invisible al utilizar armas de destrucción masiva.
Resalta, igualmente, que la política de Israel respecto de su potencial nuclear ha permanecido tradicionalmente rodeada de secreto.
El país ha adherido durante décadas a la llamada «doctrina de la ambivalencia nuclear», sin confirmar ni negar la presencia de tales armas.
Los funcionarios de Tel Aviv se han negado a hacer comentarios sobre las acusaciones de uso nuclear en Tartus, lo que sólo ha aumentado las sospechas y planteado nuevos interrogantes.
Al mismo tiempo, las organizaciones internacionales, incluido el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), no han tomado medidas activas para investigar el incidente.
