El don de dar y recibir

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REFLEXIONES….

Hola, amigos, ¿qué tal? Merhaba, arkadaslar, ¿nasilsiniz?

Uno de los mandatos que caracteriza a todo buen cristiano, creyente y seguidor fiel del Padre, es el amor al prójimo, pues fue un mandamiento importante y básico en la implementación del cristianismo, les recuerdo este pasaje tomado de Mateo 22:

“36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primer y gran mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” Palabra de Dios.

En realidad, para muchos, es más fácil dar que recibir, pues cuando recibimos tenemos que reconocer que necesitamos, doblegar el orgullo, educar la humildad y aprender a recibir lo mucho o poco que los demás te dan.

Escucho con frecuencia expresiones como: “yo no necesito nada de nadie”, “tienes que aparentar que lo tienes todo y no te falta nada”, incluso vivimos en una sociedad de apariencias, en la que, por hacerle creer a los demás que tenemos mucho, nos endeudamos, y derrochamos lo que no tenemos para vestir y frecuentar determinados ambientes.

“Dicen que la gente de éxito tiene tres cosas en común: motivación, capacidad y oportunidad. Si queremos alcanzar el éxito, necesitaremos además trabajo, talento y suerte. Hay, sin embargo, un cuarto ingrediente, un ingrediente crítico pero que a menudo pasa desapercibido: el éxito depende en gran parte de cómo interactuamos con los demás.

Cada vez que interactuamos con alguien, debemos elegir entre intentar conseguir el máximo valor posible para nosotros o contribuir a que el otro consiga valor sin preocuparnos por lo que recibimos. Es decir, elegir entre ser «receptores» o ser «donantes».”

Mostramos amor verdadero cuando damos, pero más amor mostramos cuando sin orgullos mal infundados pedimos y aceptamos lo que recibimos con humildad. Cuando damos nos sentimos valiosos para la otra persona, cuando pedimos, es la otra persona quien se siente digna de nuestra confianza y valiosa para nosotros. Lo que permite una relación equilibrada y de iguales, esto es aplicable incluso en la relación de pareja.

La capacidad de recibir está muy relacionada con nuestra capacidad de ser agradecidos y humildes. También, con el “merecimiento”, porque no vamos a recibir nada que no pensemos que nos merecemos.

Si tu no sientes y estas convencido de que te mereces la ayuda de los demás y la recibes con amor, siendo recíproco, jamás sentirás la felicidad que nos produce el sentimiento de la humildad, pues todos somos merecedores de la felicidad.

Hechos 20, nos dice: “En todo les mostré que así, trabajando, deben ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: «Más bienaventurado es dar que recibir». Cuando terminó de hablar, se arrodilló y oró con todos ellos.”

Víctor Martínez te invita a dar y recibir, con amor, con humildad y orando siempre de rodillas junto al Señor.

Este mensaje ha llegado a todos ustedes gracias a nuestro exalumno muy agradecido.

Que la gracia y la paz sean con ustedes de parte de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo.

Hasta la próxima.

Publicidad Leonardo Castillo