Previo al cara a cara del general jefe del Ejército, Juan José Zúñiga, y el presidente Luis Arce, ambos se habrían reunido horas antes del intento de golpe de Estado.
¿Qué trataron?
Y más tarde, el general Zúñiga, al parecer, molesto con lo que le dijo el presidente, encabezó una acción descabellada, dar un golpe al presidente Arce.
Llegar con tanquetas a la casa de gobierno alumbra al mandatario, y es éste quien a pecho descubierto, sale a su encuentro.
Dudas y sospechas se entrelazan… En lo que pestañó el gallo, Zúñiga reemplazado por el general José Sánchez Vásquez, y posteriormente, arrestado.
Y la pregunta obligada es, ¿reculó el potencial golpista al producirse luego de producirse de su cara a cara con el mandatario?
La oscuridad de un atípico golpe de Estado, limita ver más allá de una intentona con ribetes carentes de lógica.
Tras las huellas de un Perú donde los golpes de Estados han establecido récord, es lo que extraña y dispara la sospecha de componendas.
Sin embargo, ¿se confirma que la parranda de golpes de Estado es parte de la historia, máxime cuando Washington no es quien los organiza?
Además, ¿dejó la guardia presidencial que el presidente saliera solo a enfrentar al general Zúñiga?
Es muy pronto para saber las razones políticas que aún no trascienden.
Mañana, es posible, que el trompo se mueva y nos ofrezca más luz.
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