Buenos días…
Lluvia de mensajes ha recibido ¡Cógelo, Picante! por diferentes vías, expresando que la Policía no debe ejecutar al sujeto que asesinó al joven Wendel Alejandro Almonte Veloz.Si la Policía lo ejecuta, jamás se sabrá el verdadero móvil del crimen, que ocurrió en la céntrica y muy transitada avenida Charles de Gaulle, en Santo Domingo Este.
El nombre del sujeto que la Policía dice, asesinó a Wendel Alejandro es Raphael Laureano de los Santos, sargento mayor, nacido en octubre de 1987.
Nos enteramos que este sargento, cobra, pero no ejerce ninguna función en la Policía. Nos suponemos que está cargado a “alguien”, que le facilita laborar en una ferretería.
El caso de este sargento es parte del caos existente a lo interno de la Policía, que por cierto, ni con nuevo uniforme arrancará la dichosa reforma policial.
Para que esa reforma comience a funcionar, hay que depurar a la Policía, y sacar a los delincuentes y corruptos que hay en esa institución.
¿Cómo es posible que cuatro auditorías arrojen irregularidades, ¡corrupción!, y el presidente Luis Abinader, en vez de castigar a los culpables, lo premia?
Posiblemente, el crimen que cometió ese sargento, es parte de la inseguridad existe en la República Dominicana, a menos que no trabaje como “sicario” para alguien, que eso también, es inseguridad.
¡Cógelo, Picante! fue informado que este sargento, que tiene su mujer y tres hijos (2 varones y una hembra), fue miembro de la Fuerza Aérea de República Dominicana (FARD).
Y hablando de inseguridad, la gente del Higuero Abajo, en Santo Domingo Norte, está desesperada, porque el psicópata, que anda artillado por esa zona, sigue asaltando y la «nueva» Policía ha sido incapaz de atraparlo.
¡Atención, país! Si esta es la “nueva» Policía, dirigida por figurines cuestionados, por oficiales generales, totalmente incapaces de frenar la inseguridad ciudadana, que nos traigan la vieja, que resolvía y ponía en cintura a los delincuentes.
Es una vergüenza que la “nueva” Policía esté dirigida por un hombre, con un negro historial, que fracasó como director de la DIGESETT y que no se atreve a improvisar un discurso de tres minutos, además de que una auditoría hecha a su gestión, arrojó gravísimas irregularidades, que en cualquier gobierno que realmente enfrente la corrupción, hoy tuviera tras las rejas.
Cuando el pueblo despierte y conozca realmente lo que nos trae la reforma fiscal, al presidente Luis Abinader, a su gobierno y al PRM le caerán todos los palitos.
Simplemente, esa reforma aumentará de golpe, un 18 por ciento a los precios de la carne, del bacalao, del arroz y a todos los productos de las canastas familiares, menos del pollo.
Esa reforma será una verdadera plaga, una bomba lanzada contra la clase media y los pobres, que se lo llevará el mismísimo Lucifer.
El país que deje de pensar en el “show” de los semáforos y el espionaje, que eso seguirá activo, y dirigido por civiles… Lo peor está por venir, y es la reforma fiscal, que afectará hasta los útiles escolares.